Granja Bree-Eik

La imponente granja de forma cuadrada Bree-Eik parece cincelada en el ondulado paisaje de Pajottenland, como si Pieter Breugel el Viejo pudiera salir por la puerta en cualquier momento con su caballete bajo el brazo. Érase una vez, hacia 1172, Bree-Eik era un auténtico nido de ladrones. Hoy no hay ni rastro de eso, los edificios encalados lucen especialmente encantadores entre los prados, con caballos de granja, campos y arbustos. Después de una completa restauración, la monumental finca solariega sirve de centro de conocimientos en torno a los antiguos cereales y a la agricultura ecológica.