El paisaje ciclista de Vollezele no puede ser más idílico: campos ondulados, caballos de granja pastando tranquilamente en el prado, una pista que invita a recorrer todo el camino hasta la cima de la colina. A los pies de la montaña Congoberg, de 100 metros de altura, se alza «De ontvoering van Europa» (el secuestro de Europa), una imponente obra de arte del escultor Koenraad Tinel. Y en la cima te espera una magnífica panorámica de Pajottenland y de la zona de silencio de Dender-Mark. ¿Y el nombre? No tiene nada que ver con el Congo. Hacia 1900, aquí se alzaban las destartaladas casitas de las familias de los mineros. Los hombres se desplazaban diariamente al Borinage para hurgar en el subsuelo valón. Volvían a casa negros de hollín.
